jueves, 23 de enero de 2014

LITERATURA INFANTIL. ANÁLISIS Y SELECCIÓN

Queridos Padres:

Me gustaría mediante esta carta poner de manifiesto el papel tan importante que jugamos, tanto los padres como los profesores, a la hora de fomentar el amor a la lectura en los niños. Entender las historias y disfrutar con ellas, es la idea clave de la literatura infantil en primaria, ya que no hay objetivos curriculares. 
Tenemos que concienciarnos de la importancia que tiene que el niño lea y disfrute con ello. Leer ha sido y será siempre decisivo para garantizar el éxito en los estudios y en su vida.
Hay que saber diferenciar entre leer y comprender. Antes se creía que el que leía bien era el que leía de corrido y en alto, aunque no se hubiera enterado de nada. Ahora se aconseja que se lea en voz baja para una mejor comprensión.
También se creía que el alumno que se supiera de memoria la lección, era el más listo. Ahora nos damos cuenta que leer un texto no es repetir lo que dice textualmente, sino que es comprender, interpretar lo leído a partir de unos conocimientos previos,  unas intenciones y unas expectativas intelectuales y/o afectivas (Moreno, 2003).

Hoy en día, no tienen tiempo nada más que para los juegos electrónicos, es lo que está de moda. Pero no nos damos cuenta del error tan grande que estamos cometiendo, es lo fácil, dejar al niño solo, sin molestar jugando con una maquina. Hay que fomentarles el amor a la lectura desde que son pequeños, metiéndonos los adultos en el cuento, con ganas, casi interpretando, hay que dedicarles tiempo, no valen excusas y que mejor forma que contándoles un cuento después de comer, antes de dormir…
También es importante preguntar al niño sobre lo que ha leído, hacerle pensar, no que te lo repita, sino que te cuente qué es lo que él ha entendido, lo que le ha hecho sentir,  con qué personaje se identifica, si ha aprendido o ha cambiado en algo después de leerlo, si le recuerda a otra historia …
Pero no vale cualquier cuento, yo antes de estudiar literatura infantil, no sabía ni lo que era un texto literario, creía que era un texto donde se contaba una historia, con un principio y un fin, en el que actuaban una serie de personajes en una época y un ambiente determinado. 
La literatura es un arte que utiliza las palabras para manifestarse. Su objetivo principal es el arte en sí, la creación de una obra, un texto, un libro...
La literatura infantil y juvenil es, hoy, un género más de la literatura. Se define como aquellos textos literarios que están creados para los niños de 0 a 12 años más o memos, cuyo objetivo principal es acercar a los niños a una experiencia artístico-literaria. Es una literatura culta y que siempre tiene autor. Un texto literario tiene que cumplir:


  •        Que tenga como principal objetivo el acercar a los niños al gusto y placer por la lectura, el crear en el niño una experiencia artística y una identificación afectiva con personajes y acciones. Por eso es muy importante que se adapten los cuentos a la psicología del niño, a los gustos del niño, y no al de los adultos, para que así los niños sientan el libro como una aventura en la que ellos mismos van a ser protagonistas.
  •       Que la función lingüística predominante sea la función poética, no intentar moralizarlos o educarlos, propio de la paraliteratura.
  •       Que pertenezca  a uno de los tres géneros literarios: narrativa, poesía y texto teatral.
  •       Ha de ser un texto de ficción aun cuando esté inspirado en hechos reales.
  •       Que esté escrito  por un autor, no es lo mismo que folklórica, recogida por muchos. Por ejemplo, en literatura infantil: En 1805 nace, en Dinamarca el principal autor de los cuentos infantiles: Hans Christian Andersen, el creador de "El soldadito de plomo", "El patito feo", "La pequeña cerillera"...


Hay que distinguir los textos literarios de los que no los son, como la subliteratura, la paraliteratura o la no literatura, como por ejemplo, las noticias. La subliteratura es una literatura cuya primera función es la económica, ya nacen con un apoyo de la editorial. La paraliteratura, se sitúa al lado de la literatura, tiene una intención práctica (política, religiosa...) y no artística. La literatura infantil ha cambiado mucho a lo largo de su historia, sobre todo en los temas, antes se definía como aquellos libros creados para niños la literatura de autor, literatura escrita, literatura culta. 
En la Edad Media escribieron libros para niños, a partir de ocho o nueve años. La educación y la alfabetización estaba destinada a los privilegiados, los nobles y el clero, que aprendían a leer y escribir, en latín al principio pero después no todos aprendían castellano. 
Hasta principios del SXIII no había escritos castellanos, y de la nobleza, no todos aprendían a leer y escribir, algunos se dedicaban a las armas. Todos los textos eran paraliteratura, con fines didácticos y moralizantes.
Con la llegada de la imprenta, se amplió el grupo social que podía acceder a la alfabetización, como la burguesía que tenían mucho dinero.
En el SXVI, sigue habiendo el mismo tipo de libros, con caracter didáctico y moral. A los niños les encantaba leer libros de caballería y de aventuras bizantinas, eran para adultos.
En el SXVII nos encontramos el mismo panorama, sólo hay un caso, Lope de Vega, que escribió un poema "Los pastores de Belén" a su hijo, que es como una nana con vocabulario sencillo y si es literatura infantil.
En el SXVIII, con la ilustración, la educación se empezó a extender a todo clase de gente y San Juan Bautista La Salle, que recogía niños pobres que trabajaban, hizo una reforma educativa, cambiando el currículo y convirtiéndose en congregación religiosa. Poco después aparecieron dos escritores de fábulas infantiles: Samaniego, que escribía fábulas morales e Iriarte, fábulas literarias. La literatura infantil como pasatiempo o entretenimiento queda consolidada con las fábulas de Iriarte y Samaniego.
A finales del S.XVIII se empezó a publicar la Gaceta de los niños, con muchos contenidos para aprender, y un texto literario para entretener, pero no tenía vocabulario apropiado y siempre había una intención educativa.
En el S.XIX, Fernán Caballero, se enamoró del flamenco y recogió textos, canciones de juegos infantiles, para que no se perdieran.
En la segunda mitad del S.XIX y principios del S.XX, el Padre Coloma se dedicó a escribir libros para niños a partir de ocho o nueve años. Tenía dos tipos de texto, unos extraidos de los textos folclóricos que adaptó a los niños e hizo historias morales, con moraleja. Y otros, con ambientación más realista. Ejemplo: "La historia del Ratoncito Pérez" dedicado al rey Alfonso XII.
También aprareció Saturnino Calleja Fernandez, que heredó de su padre una editorial y decidió publicar libros para niños, al principio eran libros caros pero después inventó una colección de cuentos muy baratos que salían todas las semanas, eran enanos. Utilizaba a autores anónimos, todos los cuentos tenían características comunes, retocaban textos folclóricos con función moralizante, con protagonistas planos, sin psicología real ni evolución, pero con la edad de los niños.
A partir de los años 40 y 50, cambia el concepto de protagonista plano, y surge cuentos con personajes con picología real como "Celia" de Elena Fortún y "Antoñita la fantástica" de Borita Casas. 

Es a partir de los años 90 cuando queda definida la literatura infantil.  Surgen asociaciones españolas de los libros infantil y juvenil. Según la Logse todos los colegios tenían que tener una biblioteca, lo que favoreció el interés por la literatura infantil. Hubo un boom de escritores y se definió la literatura como el placer por la lectura y dejó de lado la paraliteratura. Definieron también los tres géneros que se pueden ofertar a los niños, narración o prosa, poesía y teatro, con las mismas características que la literatura para adultos.
El género para niños más extendido es la prosa o narrativa, En el teatro, no existen libros para niños menores de ocho años. Si hay libros para adultos con guiones para niños, para hacer teatro. En los años 60, la poesía infantil tuvo un gran cambio gracias a Gloria Fuertes, la cual puso las bases para la literatura infantil en verso, ya que analizó lo que los niños leían y les interesaba, como canciones de cuna, historias de poemas muy cortitas, absurdas... 

Después de mi experiencia en un colegio de primaria, he visto que tiene más éxito que cada niño elija un libro que le guste y no todos el mismo libro, que lo lean por devoción y no por obligación. Los libros estaban clasificados por niveles de dificultad, identificados por colores.También he visto que los niños leen en bajo y después, cuando terminan el libro, explican a sus compañeros de que va el libro y si les ha gustado.

Cuando yo sea profesora, antes de mandar leer libros a mis alumnos, me los habré leído primero y después tendré en cuenta el momento evolutivo intelectual y emocional, la edad y lo que son capaces de hacer, tanto del lector como del personaje. Por eso el autor, es importante que conozca muy bien al niño. 

También, tendré en cuenta al elegir el libro:


  • Referencia bibliográfica: Titulo, Autor e Ilustrador, Editorial, Fecha 1ªedición, hipótesis previa de la edad del futuro lector.
  • El formato: en cuanto la manejabilidad (a partir de 2º ciclo de primaria no suele haber problema), las ilustraciones (muy importantes en el primer ciclo de primaria, ya que todavía no saben descodificar) y la letra (el tamaño, la maquetación y la tipografía).
  • El contenido: en cuanto al tema, si es adecuado o no para la edad del lector, la estructura, el protagonista, si el lector se puede identificar con el protagonista, los personajes, ver si son reconocibles en la vida del lector. Los valores que se despliegan y el lenguaje, vocabulario, frases y estilo.

Recomiendo visitar las siguientes direcciones donde aconsejan libros, tiendas, enlaces interesantes para el fomento de la lectura...


http://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/Literatura_Infantil/


Dirección página de cuentos para todas las edades:

https://sites.google.com/a/iesalhadra.org/el-baul-de-los-cuentos/laniaylanube

2 comentarios:

  1. Monica estoy de acuerdo contigo de que las nuevas generaciones tienen mucha dependencia de las maquinitas y que les quita tiempo de dedicacion a la lectura. Hay conseguir que los alumnos lo aprendan a gestionar desde pequeños.

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